Logotipo de Enredadera (URICI-CSIC)Enredadera: revista de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC

eISSN: 1696-8239, nº 37 (marzo 2022), 105-107

https://doi.org/10.20350/digitalCSIC/14544

ASÍ SOMOS


Una experiencia laboral en tiempos de pandemia en la Biblioteca de la Escuela de Estudios Árabes (EEA-CSIC)

A work experience in times of pandemic in the library of the School of Arabic Studies (EEA-CSIC)

Mª Carmen Noguera

(mcarmen@eea.csic.es)

Biblioteca. Escuela de Estudios Árabes (EEA), CSIC, Granada


Recibido: 09-02-2022; Revisado: 28-02-2022; Publicado: 14-03-2022

Resumen: La experiencia laboral deja huella en tu vida. En mi caso, empezó proclamándose una pandemia y acaba aún con la mascarilla puesta. Puede resultar un tiempo revuelto, pero nada más allá de la realidad ha resultado ser una experiencia enorme a nivel personal y profesional.

Palabras clave: experiencia laboral; garantía juvenil; Escuela de Estudios Árabes (EEA); biblioteca

Abstract: Job experience leaves its mark on your life. In my case, it started out as a pandemic and ended up with the mask still on. It may turn out to be a messy time, but nothing beyond the reality has turned out to be a huge experience on a personal and professional level.

Keywords: Job experience; garantía juvenil; School of Arabic Studies (EEA); library

Cómo citar/Citation: Noguera, M. C. (2022). Una experiencia laboral en tiempos de pandemia en la Biblioteca de la Escuela de Estudios Árabes (EEA) del CSIC. Enredadera: revista de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC, (37), 105-107. https://doi.org/10.20350/digitalCSIC/14544


 

La primera experiencia laboral suele ser recordada durante toda tu vida. En mi caso, nunca pensé que esta estaría marcada por el inicio de un confinamiento y una pandemia mundial. Firmé el contrato de Garantía Juvenil a principios del mes de marzo de 2020 cuando todo parecía muy lejano y me presenté el primer día del estado de alarma en mi centro, la Escuela de Estudios Árabes (EEA) de Granada, porque no sabía si tenía que venir o no.

Los primeros meses fueron muy extraños porque nunca había tenido un contacto real desde el otro lado de una biblioteca. Tenía muchas ganas de aprender, pero poco conocimiento práctico del asunto, así que aproveché para hacer cursos de distintas bases de datos.

Pero todo empezó a cambiar y el día uno de junio vine presencialmente a la Escuela. Recuerdo salir de trabajar y llamar a mi madre para contarle que yo quería dedicarme a esto, que me había encantado. ¡Y eso que aún no tenía ni idea de todo lo que me quedaba por vivir!

Lo que más me gustó desde el principio fue el trato con el usuario. Es muy gratificante ver que das con lo que está buscando (aunque a veces haya que dar muchas vueltas y pasar por muchas webs antes de dar con ello). Pero claro, eso lo digo casi dos años después.

Al principio me perdía entre los depósitos y buscaba las baldas una y otra vez. ¡Y no puedo dejar de lado Alma y GTBib!

Alma, ese programa que tiene mil caminos para llegar a un único punto y cuando quieres hacerlo de otra forma pero que también es correcta, no cede. Y si Alma no cedía, yo no entendía el error. Así que he tenido que pedir muchas veces ayuda y otras tantas veces que no ha sido posible revertir la situación…

En cuanto a GTBib he de decir que yo le tenía miedo. Solo veía colores en función de las peticiones, números y PDFs que tenía que hacer llegar a mis usuarios o a otros. Una locura. ¿Y si metía la pata? Ahí estaba de todo menos segura porque no es tan fácil darle la vuelta a la situación. Es más, ahora que estamos en modo confesionario, tengo que admitir que alguna vez he borrado completamente una petición de otra biblioteca. ¡Bendita paciencia la de la otra bibliotecaria! Eso sí, al final se ha convertido en una de las tareas que más me ha gustado desempeñar.

Como no quiero extenderme mucho, me gustaría pasar a la parte más emocional. En la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC he encontrado a gente que me ha hecho crecer profesionalmente.

Cuando vienes de fuera y quizá más a mis (casi) 25 años tienes miedo de no encajar, de romper los programas, de borrar cosas importantes o que no confíen en ti por la poca experiencia. Aquí ha sido todo lo contrario.

Desde el primer minuto tanto Miriam Font, Concha de la Torre y María López han confiado en mí, me dieron un lugar en la biblioteca y me han orientado hasta la profesional que soy hoy en día. Nunca han dejado que menosprecie mi posición y han contado conmigo aun sabiendo que yo estaba aquí de paso.

En cuanto al resto de bibliotecas, siempre me habéis tratado muy bien cuando he tenido que ponerme en contacto con vosotras por cualquier incidencia. Especial agradecimiento a miembros de la Unidad de Recursos de Información Científica para la Investigación (URICI) que me han salvado en muchas ocasiones borrando meteduras de pata o dándome la solución a problemas que yo veía como un mundo.

Desde mi posición, os animo, si es posible, a que contratéis a gente de Garantía Juvenil en vuestros centros. Por norma general somos gente simpática y ponemos caritas sonrientes en los correos. ¡Incluso damos los buenos días y nos despedimos antes de irnos! También somos trabajadores (pero no todo puede decírselo una misma, que queda feo) y agradecidos.

No sé cómo serán las primeras experiencias laborales de la gente de mi generación, pero si algo tengo claro es que nunca voy a olvidar la mía, ya sea por llevar una mascarilla o por las personas tan amables y trabajadoras que he conocido a lo largo de estos dos años que me he sentido como una más en el CSIC.

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